lunes, 6 de octubre de 2014

Debilidad

Todos en nuestra vida tenemos a una persona que es nuestra debilidad, que si esa persona sonríe nosotros sonreímos, que si llora nosotros lloramos y que por mucho daño que nos haga siempre estaremos ahí. Un mensaje suyo suele sacar una sonrisa y por muy difíciles que se pongan las cosas sigues teniendo esa necesidad de no perder el contacto, porque no quieres desaparecer de su vida ni que desaparezca de la tuya.
Sería mentir si digo que perder a esa persona sería algo con lo que pudiera vivir. Pero es que una de las peores decisiones que tendremos que enfrentarnos en la vida es elegir entre: seguir por otro camino o intentar mantenerlo con todas nuestras fuerzas. Pero hay veces que por mucho que nos pueda doler, hay que hacer lo que sea mejor para nosotros. Porque en esta vida no hay errores, sino valiosas lecciones que nos enseña la vida.
Un mensaje es una sonrisa en el exterior, pero por dentro un pequeño veneno que me va matando poco a poco. Y escribiendo esto solo quiero que me prometas que no olvidarás nuestras risas, nuestras conversaciones, nuestras bromas, nuestros planes, nuestras lágrimas, nuestros recuerdos, nuestras experiencias. Prométeme que no lo olvidarás. Y yo te prometo que yo tampoco lo hare y que a pesar de los malos momentos lo atesoraré y lo guardare, lo recordaré y algún día te lo enseñaré y veras todo lo que te llegue a querer.
Puedo vivir sin ti. Puedo comer, hablar, ver películas, sonreír sin ti. Estoy con mis amigos felizmente, leo libros y salgo de fiesta y hago nuevas amistades. No te necesito para nada, pero te quiero para todo. Porque esa debilidad siempre la tendré quiera o no, no puedo dejarte ir porque requiere demasiado coraje que no tengo. Porque dejarte ir es dejar una parte de mí, y una parte que si se va quizá no vuelva jamás... Y se que si te marchas no volveré a ser igual.

"Qué difícil es decidir cuando tu mente te dice renuncia y el corazón te pide a gritos un último intento"

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